TÉ VERDE Y BLANCO
Aprenda un poco más de esta variedad.
Es la bebida ideal para ponerse en marcha y un placer que puede detener el tiempo por un instante. Pero ante todo, el té verde es la herencia de una antigua cultura del deleite.
Producido por tradición, con esmero y a partir de las mejores plantas.
Desde hace más de 4.500 años se toma té verde en China. Los monjes budistas lo introdujeron en Europa desde Japón en el siglo XVII.
El té verde y negro provienen de la misma planta. Sin embargo, la variante en el caso del té verde radica en su proceso de producción. Las hojas se dejan al vapor y se secan evitando que se rompan, para que no pierdan sus fluidos celulares. Durante este cuidadoso proceso el té mantiene no solo su color, sino también muchos de sus componentes saludables.
La belleza interior también importa.
La medicina tradicional del lejano oriente describe el té blanco como un medio curativo contra muchos males corporales y psíquicos. Se dice que el té verde limpia el alma, puesto que contiene menor cantidad de cafeína que el negro. La combinación de cafeína y catechina se encargan ante todo de la excitación de la mente y no del sistema circulatorio.
El té verde contiene vitaminas A, B, B 12 y C e importantes minerales como potasio, calcio o floruro, al igual que antioxidantes en grandes cantidades. Estos fortalecen el sistema inmunológico y pueden ayudar al cuerpo a protegerse en caso de virus o infecciones.
El té blanco Pai Mu Tan pertenece a los más finos que puedan servirse en una taza. Su nombre se debe al vello plateado que producen los retoños de la planta. Solo los retoños cerrados son aptos para su elaboración. Son seleccionados a mano y luego extendidos sobre grandes filtros. Por medio de una ventilación controlada se marchitan las hojas. Finalmente, se secan a baja temperatura, evitando romperse, para no afectar su color y aroma. El inconfundible suave aroma del té blanco depende de la calidad de la cosecha y del cuidado en su elaboración.
Deleita el paladar y fortalece las defensas.
Las propiedades del té blanco no solo apuntan hacia el paladar del especialista, sino también hacia los efectos en el bienestar. Al igual que el té verde, éste puede tener un efecto estimulante o tranquilizante. Contiene los mismos ingredientes curativos para el sistema inmunológico, pero en mayores concentraciones.
Para la preparación, por favor tenga en cuenta las mismas pautas que se utilizan para preparar té verde. Ante todo, la temperatura del agua nunca debe superar los 80°C.