En el Tibet, el té de mantequilla es una bebida de lo mas común. Está hecha básicamente de mantequilla de yak, sal y té. El tibetano medio puede beber unas 50 o 60 tazas de este te al día… un barbaridad, no crees?
El yak es un animal que pertenece a la familia de los bóvidos. es de tamaño mediano y pelaje especialmente lanoso. Este animal es originario de las montañas de Asia central y el Himalaya y es clave en el sustento de las comunidades de la región.
Suele vivir en las alturas en estado salvaje su habitad natural de encuentra entre los cuatro mil y los seis mil metros. Aunque su grado de domesticación también es alto debido a la gran utilidad que proporciona.
La mantequilla que se obtiene del yak tiene aproximadamente el doble de contenido graso. Es por esto que la textura del producto es firme y pastosa, similar al queso y su sabor tiene notas dulces.
Esta infusión de la que hablamos se obtiene secando el té chino en los caminos durante varios días. En este proceso va adquiriendo un sabor muy fuerte. Una vez pasado este proceso, se hierve el té y se pone en unos recipientes de bambú con la sal, soda y la mantequilla.
Al beber el te, puedes soplar la espuma de la mantequilla y beber. Algunos tibetanos agregan un producto llamado tsu (más o menos de la misma manera como agregamos la leche y el azúcar).
Tsu es una mezcla de queso endurecido, mantequilla y azúcar. Hombre, muy buena pinta no tiene la verdad, pero es curioso, hoy ya sabemos algo más sobre el té.